¿Cómo debe ser el gestor del futuro?

El gestor del futuro no puede ser igual al gestor del pasado. El mundo empresarial cambia a un ritmo alucinante, por lo que es necesario que el gestor esté siempre al corriente de las últimas alteraciones del mercado, pues sólo así consigue mantenerse competitivo y tomar las decisiones más acertadas para el futuro del negocio. Se espera que el gestor del futuro sea más proactivo que ahora y que no espere que las situaciones ocurran para actuar. En el artículo de hoy, abordamos los principales aspectos sobre las características que un gestor del futuro debe tener.

Más que un gestor debe ser un líder

El gestor debe ser un ejemplo a seguir y debe conseguir motivar a su equipo a trabajar en la dirección que cree que es la más indicada para el negocio. El gestor no puede ser alguien que da órdenes y espera que éstas se cumplen ciegamente. Debe ser un líder dentro de la organización, pues sólo así conseguirá hacer la diferencia.

Saber escuchar

Es un consejo que cabe en cualquier área de la vida personal y profesional. Como se suele decir, si tenemos dos oídos y sólo una boca, debemos hablar menos y oír más. En el mundo empresarial, el líder debe saber oír a sus colaboradores pues sólo así será capaz de encontrar problemas e implementar mejoras. Cuando el líder oye a sus colaboradores, se establece una relación más cercana entre ellos y en conjunto conseguirán encontrar respuestas que serán beneficiosas para la gestión.

Evaluar constantemente un negocio

“Un negocio que no produce nada más que dinero es un negocio pobre”: la célebre frase es de Henry Ford y todavía se mantiene actual. Un buen líder debe evaluar un negocio como un todo y no enfocarse en el dinero. El gestor debe ser capaz de evaluar los aspectos financieros, pero también los aspectos relacionados con la motivación de los colaboradores, las condiciones de trabajo y el impacto social del negocio.

Simplificar los procesos

“La simplicidad es la suprema sofisticación”: esta frase constaba en el primer flyer de Apple y era una filosofía seguida por Steve Jobs. Steve Jobs eliminaba todos los elementos accesorios y se centraba en lo que realmente era importante. Los gestores tienden a complicar todo, desde la creación de informes hasta la realización de reuniones largas. Un buen gestor debe ser capaz de presentar la información a su equipo de una manera sencilla y de fácil comprensión para que el trabajo pueda fluir a un buen ritmo. Es muy debido a la necesidad cada vez mayor de esta simplicidad que surgieron softwares como Multipeers, permitiendo analizar la información en tiempo real de una forma sencilla, práctica e intuitiva.

Conocer la tecnología

No es esperable que el gestor del futuro sea un experto en tecnología, pero debe tener conocimiento sobre las ofertas existentes en el mercado que puedan mejorar la productividad de la organización. La tecnología tiene cada vez más impacto en el mundo empresarial, por lo que esta área debe ser acompañada de cerca por el gestor.

7 Lecciones de Steve Jobs para gestionar mejor su negocio

El nombre de Steve Jobs no deja a nadie indiferente. Además de las increíbles tecnologías que desarrolló a lo largo de su vida, Steve Jobs también dejó una historia que inspira a muchos emprendedores y gestores. Su forma única de enfrentar los desafíos y de la gestión de las personas es una inspiración para muchos profesionales. En el artículo de hoy, destacamos las 7 principales lecciones de Steve Jobs para gestionar mejor su negocio!

Acepte que no puede hacer todo solo

Muchos gestores piensan que consiguen hacer todo solos y eso es un gran error, pues puede incluso comprometer toda la actuación de la empresa. Escuchar la opinión de los equipos de trabajo es esencial para conocer otros puntos de vista y otras formas de resolver el mismo problema. Steve Jobs no creó el iPhone solo y daba un inmenso valor a la opinión de aquellos que lo rodeaban.

Mantenga el foco incluso en el medio del caos

Todos los gestores necesitan centrarse en orientar su trabajo. Cuando Steve Jobs llegó a Apple, encontró un escenario caótico, donde varias versiones del Macintosh se estaban produciendo al mismo tiempo. Fue necesario orientar al equipo de trabajo, manteniendo el foco en dos productos: un ordenador portátil y una versión de escritorio. El resultado final fueron dos productos bien logrados y que respondían a las necesidades reales de los clientes.

Haga lo que realmente le gusta

Actualmente, no es fácil trabajar sólo en lo que nos gusta, pero tener pasión por nuestro trabajo va a hacer toda la diferencia en los resultados finales. Jobs le gustaba mucho el área en que trabajaba y por eso se empeñaba más que la mayoría de las personas. ¡Sólo con verdadera pasión por nuestro trabajo es que conseguiremos ser felices todos los días!

Simplifique los procesos

«La simplicidad es la sofisticación definitiva»: este era el lema de marketing de Apple. Steve Jobs deseó que todas las acciones del iPhone se concretasen en 3 clics sólo. Es fundamental que las empresas ofrezcan soluciones prácticas y sencillas a sus clientes, pues el consumidor de hoy es muy exigente y le gustan soluciones listas para usar y fáciles de manejar.

Aprenda con los errores

Hasta los mejores profesionales se equivocaron y Steve Jobs no fue una excepción. Muchos gestores se frustran cuando se equivocan y no logran sortear las lecciones que todos los errores tienen para ofrecernos. Después de una caída, es necesario tener fuerza suficiente para levantarse y eso se logra a través de un análisis objetiva y realista sobre lo que corrió mal.

No se acomode

Muchas empresas se acomodan cuando alcanzan el nivel de éxito deseado. Es un error pensar que pueden acomodarse y que ya no necesitan esforzarse más para complacer a los clientes. La innovación y la demanda de mejoras deben ser una constante en la acción de las empresas, pues sólo así lograrán tener negocios dinámicos y rentables.

Busque la perfección en todo lo que hace

No basta entregar lo que es aceptable: hay que ir más allá y procurar hacer siempre lo mejor posible. La perfección es un concepto subjetivo, pero si cada colaborador y gestor de una empresa hace su máximo en todas las tareas, el resultado final será excepcional y será muy difícil que la competencia consiga hacer mejor!

7 hábitos que todos los líderes deben adoptar

Conozca los 7 hábitos más importantes que todos los líderes deben adoptar

Tener capacidad de liderazgo es tener aptitud para conducir a un grupo de personas que resulta en un equipo que produce buenos resultados. El papel de un líder/gestor de una empresa ni siempre es fácil: tiene que ser capaz de gestionar, motivar e incentivar a sus equipos para que se sientan comprometidos con los objetivos individuales y globales de la organización. En este artículo, le presentamos 7 hábitos que todos los líderes deben adoptar para que su gestión sea eficaz.

Saber escuchar
Es un consejo que cabe en cualquier área de la vida personal y profesional. Como se suele decir, si tenemos dos oídos y sólo una boca, debemos hablar menos y oír más. En el mundo empresarial, el líder debe saber oír a sus colaboradores pues sólo así será capaz de encontrar problemas e implementar mejoras. Cuando el líder oye a sus colaboradores, se establece una relación más cercana entre ellos y en conjunto conseguirán encontrar respuestas que serán beneficiosas para la gestión.

Evaluar constantemente un negocio
«Un negocio que no produce nada más que dinero es un negocio pobre»: la célebre frase es de Henry Ford y todavía se mantiene actual. Un buen líder debe evaluar un negocio como un todo y no enfocarse en el dinero. El gestor debe ser capaz de evaluar los aspectos financieros, pero también los aspectos relacionados con la motivación de los colaboradores, las condiciones de trabajo y el impacto social del negocio.

Ser resistente al fracaso
La resiliencia es la capacidad de saber lidiar con la derrota y es una de las características que debe ser trabajada para que se sepa tener éxito. Todos los gestores tienen que estar preparados para errar y fracasar. Un líder frágil, después de una derrota, se sentirá frustrado y dejará de correr riesgos e inevitablemente dejará de obtener buenos resultados. Un buen líder va a mirar a la derrota como «un escalón para el éxito» porque estarán motivados a hacer más y mejor en el próximo intento.

Simplificar los procesos
«La simplicidad es la suprema sofisticación»: esta frase constaba en el primer flyer de Apple y era una filosofía seguida por Steve Jobs. Steve Jobs eliminaba todos los elementos accesorios y se centraba en lo que realmente era importante. Los gestores tienden a complicar todo, desde la creación de informes hasta la realización de reuniones largas. Un buen gestor debe ser capaz de presentar la información a su equipo de una manera sencilla y de fácil comprensión para que el trabajo pueda fluir a un buen ritmo. Es muy debido a la necesidad cada vez mayor de esta simplicidad que surgieron softwares como Multipeers, permitiendo analizar la información en tiempo real de una forma sencilla, práctica e intuitiva.

Dar feedback
Un buen líder debe dar siempre una opinión constructiva a los trabajos realizados por su equipo. Cuando no hay comunicación por parte del líder o gestor, los colaboradores se sentirán desmotivados y pensarán que su trabajo no tuvo ninguna importancia. Si un trabajo tiene muchos errores, el líder no debe criticar al colaborador frente a sus colegas pues esto tendrá un efecto negativo en su trabajo. La crítica debe ser hecha en privado y siempre de modo constructivo.

Saber delegar
Es esencial que un líder sepa delegar tareas. De lo contrario, se quedará con exceso de trabajo y acabará por no poder terminar todas las tareas. A menudo los líderes no delegan porque no confían suficientemente en el equipo y eso hace que tenga una sobrecarga de trabajo, lo que no es beneficioso para él ni para el equipo. El gestor tiene que conocer bien a su equipo para saber a quién puede entregar cada tarea.

Liderar por el ejemplo
«Mira lo que digo y no miras lo que hago» es una filosofía que no se puede seguir en el mundo empresarial. El líder es un espejo para los colaboradores y es su máximo ejemplo. Más importantes que las palabras son las actitudes y las acciones y por eso, el líder debe tener como principal preocupación liderar por el ejemplo. Sólo a través de este tipo de liderazgo es que va a conseguir que las personas lo sigan y se comprometen a alcanzar los objetivos de la organización.